lunes, 9 de marzo de 2009

Palabras sueltas, echadas como "escupo, después pienso"

A veces por todo aunque nunca me falles...

OLVIDO - Aquella noche, entre dorada, blanquecina y profunda, brillaban unas arenas. Cierta mano, imperiosa mano, las sostenía. Pero pérfidas arenas: se le escapaban, se le escurrían. Aquel amor... dulce amor... aquella noche del recuerdo de un amor. Mas qué es el amor... aquella noche, aquella arena entre dorada y blanquecina, aquella mano que las sostenía; aquel amor.
Entre la arena y la mano hay un amor. Recorre, la mano, suavemente la cintura de la arena. Pero la arena le traza los dibujos y las rutas de las vías. Cuando el agua viene, a refrescar el calor, la arena y la mano hacen el amor. No lo hacen cuerpo a cuerpo, como muchos pensarían. Ni lo hacen titiritando, susurrando o temblando de miedo. Hacen el amor: lo crean, lo apaciguan, lo calman, lo inventan, lo entregan, lo piden, lo contemplan. Hacen el amor.
Y la mano, y el agua, y la arena tienen un lapso de tiempo a través del que todo se escapa.

MENTE FRÁGIL - Pasaron ocho noches, veinte lunas, dos años, cinco meses, paso el tiempo, cuánto tiempo... ¿cuánto tiempo?, y todo lo yo lo sostenía, pero es que esa cosa blanquecina, que no es agua ni es mano ni es arena, todo lo revolvía. Pasaron esos lapsos, esos... ¿cómo dices? ah, sí, periodos de duración de las cosas, y aquella cosa blanquecina todo lo revolvía.

RECUERDO - Son unos imbéciles. ¿No se han dado cuenta aún? su subjetividad, su ilusion, sus ganas, sus trerribles encuentros con un espejo que no es mas que el reflejo de cada uno de sus deseos, son artimaña de mi pulso cazador, son esperanza de lo que quiero conservar o no...

Ayer, mientras observaba la luna, me preguntè por qué no era ella de Sal, así, como la que me como todos los días en forma de destellos de grano y le pone sabor a las cosas.

RECUERDO, OLVIDO, MENTE FRÁGIL - ¿Sabor?

MENTE FUERTE - Y sin embargo seguimos engañándonos. Todavía nos engañamos.

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