martes, 31 de marzo de 2009

OVEJAS EN LAS NUBES

Miro por la ventana y dejo que los pensamientos fluyan, que se escapen y ahoguen en la liquidez del aire...

Dejo de lado todo el paraíso mental con que me cubro
y hecho un vistazo fuera de la caja humedecida
por el humo de tabaco en el aire; ahí el aire es
más denso y con olor pútrido; la vista es menos
clara y me lloran los ojos... Son puntas afiladas
en el borde de las pestañas, quisiera arrancarme
los ojos, eliminar de raíz las emociones vueltas
corchos atorados en el interior de mi garganta.

Imagenes fugaces trasminan mi mundo de verdades desleales a la realidad.
No hay punto donde converjan emociones y pensamientos.

El toro rabioso ha saltado la tranca...
La mosca se ha liberado del hielo que le rodeaba...

Y mi mundo se rompió en pedazos,
mismos que salvaguardaban al toro y a la mosca;
mis brazos eran la tranca y mi boca el hielo...

Cotidianeidad de los labios de otro agente.

Toda palabra ilumina y apaga un espacio...
La sala esta fría y oscura, pareciera que el tiempo
no tiene llave de la cerradura y le ha impedido colarse.
Ni siquiera hay contorno en las sombras...
Todo es luz cegadora, para la vista de mis oidos...

Las voces inamovibles hacen zurcos...
Colores en la púpila...
Verdaderos cristales palpables de vida y emociones.
Machetazos a situaciones llanas; golpes directos
a romper con la cubierta capilar de mi cuerpo.

Los cielos son burbujas puntiagudas e inexistentes
de labios; la saliva es color azul y los dientes nubes...
¡Carajo! Me quiero quedar chimuela en una verdad.

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